miércoles, 10 de noviembre de 2010

Olor a especias

Para aquellos que conocen Marrakech (y por supuesto para quienes aún no) les propongo un ejercicio de estímulo que nos transporta a la plaza de Djema El-Fna:  tomar un bote de la especia de Curry. Abrirlo... cerrar los ojos... y dejarnos llevar al mismo centro de la plaza para sentirnos rodeados de los puestos de callejeros de comida que se instalan al atardecer.
Para poder tener una idea de las dimensiones de esta plaza lo ideal es tomarse un té de menta en alguna de las terrazas de los restaurantes de la plaza, como la de El Cafe de France desde la que vemos el minarete de la Mezquita de la Kotoubia al fondo desde donde todos los días se hace la llamada a la oración.
La plaza de Djema El-Fna nos muestra dos caras, durante el día nos cruzamos con dentistas, encantadores de serpientes y domadores de monos, con un dudoso cuidado y respeto por los animales.
A medida que el sol va bajando por detrás de la Kotoubia los tenderetes desaparecen para dejar paso a los puestos de comida que nos invitan a husmear y a probar las delicias de la gastronomía típica. (abstenerse quienes tengan delicado el estómago)

Marrakech es una ciudad que sorprende y que atrapa. Pasear por las calles del Zoco nos lleva a mirar a derecha, izquierda, arriba y abajo para no perdernos ni un solo artilugio y ni una sola oportunidad de regatear.
El regateo nos llevaría a hacer una entrada solamente sobre este arte. Mi experiencia fue muy divertida, pero hay personas a quienes incomoda e incluso molesta. Supongo que para mi resultó divertido porque no tenía prisa y porque, a pesar de que me gustaba, no me interesaba en exceso lo que quería comprar ya que un juego de té lo puedes comprar prácticamente en todos los puestos. Mi recuerdo para hacerme con este juego de té es un baile/persecución entre el vendedor y yo. El resultado fue un buen precio, o al menos yo me quedé contenta con la rebaja pero fue cansado. En resumen fue de la siguiente manera: te acercas a un puesto, ves el artículo que te interesa, (en nuestro caso un juego de té morado monísimo) y preguntas el precio. Comienza el baile! y no solamente de cifras porque como he dicho iba encontrando otros juegos de té en otros puestos y a medida que me alejaba de mi objetivo mi vendedor aparecía para plantearme nuevos y más baratos precios. No recuerdo el precio exacto (y por supuesto no tengo ticket) pero en comparación resultó económico.
Del Zoco de Marrakech me quedé con ganas de traerme una lámpara. Es  impresionante como juegan con los materiales para hacer lámparas de tamaños y formas imposibles. Para muestra un botón:

Todos tenemos en la mente el Marrakech que hasta ahora os he descrito, bullicio, tiendas, tenderetes, puestos, comida, regateo y mucha vida en la calle. Pero para poder entender la importancia de Marrakech a lo largo de la historia de África tenemos que visitar la Medersa Ben Youssef. Para aquellos que no estén familiarizados con la historia musulmana una Medersa es una escuela de estudios religiosos creada en el siglo XIV. En el caso de Ben Youssef es la más importante y más grande de Marruecos con una construcción arabe-andalusí muy bien conservada. Un referente histórico útil para datar su construcción es la inscripción que podemos leer en el dintel de la puerta de entrada que dice: "He sido edificada para las ciencias y la oración por el Príncipe de los Creyentes, descendiente de los profetas, Abdellah, el más glorioso de los Califas. Ora por él, tú que cruzas mi puerta, a fin de que sus esperanzas más altas sean concedidas."
Merece la pena hacer una visita pausada para poder admirar los grabados en mármol de las columnas, y todos los detalles que nos ofrece este magnífico edificio.

En cuanto a los detalles operativos para llegar a Marrakech, como llegar y donde alojarse, tenemos opciones para todos los gustos y todos los bolsillos.
Compañías como Royal Air Maroc e Iberia tienen vuelos directos desde Madrid todos los días llegando en dos horas. Para los más atrevidos tenemos vuelos de EasyJet con su dudosa puntualidad y desastroso trato al viajero. En Marrakech encontramos numerosos Riads donde poder alojarnos dentro de la Medina, los hay para todos los bolsillos, pero lo que es seguro es que se nos abrirán pequeños mundos árabes tras la entrada a cada uno.

2 comentarios:

  1. Hola Rosa, bienvenida al mundo de la blogosfera. Mis mejores deseos para este blog... y para tus muchos viajes futuros. Un beso.

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  2. Que que me parece? pues muy interesante me parece.Y tambien me parece que podrías escribir más, por que me gustó mucho.Y si el arte del regateo mecere un post para el solito, pues escribelo.Por que vale la pena leerte!Yo te sigo!

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